Días de esquí y aventura
Uno de los principales atractivos de Andorra durante esta época del año son las estaciones de esquí de Grandvalira, La Rabassa, Vallnord y Parador de Esquí Canaro. En Semana Santa, triunfan las actividades más allá del esquí y del snow como, por ejemplo, las excursiones con raquetas, los descensos en bicicletas de nieve, los trineos tirados por perros nórdicos, las motos de nieve o los vuelos panorámicos en helicóptero. Los sectores de Ordino y Arcalís, la Rabassa (Sant Julià de Lòria) y Canillo también ofrecen itinerarios interpretativos o raids de aventura; y, en Ordino hay el Centro de Interpretación de la Natura, el taller de educación medioambiental que cuenta con el apoyo de la UNESCO.
Románico, museos y casas tradicionales
La riqueza cultural es otro de los motivos por los cuáles se debe visitar Andorra a lo largo de estos días. Las 40 iglesias que hay convierten este país en la cuna del románico. Destacan las iglesias de Santa Paloma (Andorra la Vella, s. IX y s. X), una de las más antiguas y de las únicas con campanario circular que, en este caso, es del siglo XII; la de Sant Miquel d’Engolasters (Escaldes–Engordany, s. XII) o Sant Martí de la Cortinada (s. XII) en Ordino.
La Casa de la Vall, el Santuario de Meritxell y los pueblos típicos de Pal y Ordino son otros tesoros culturales por descubrir durante la Semana Santa.
La oferta cultural se amplía con museos de diferentes temáticas. El Museo de Maquetas de Arte Románico, el Museo del Tabaco, el Museo Nacional del Automóvil, el Museo Sacro de Santa Eulalia, el Museo Siadristyi de la Miniatura, el Museo Iconográfico Sant Jordi y del Cristianismo o el Museo del Perfume Fundación Júlia Bonet no tienen pérdida. También es necesario visitar las antiguas casas tradicionales andorranas. Hasta Semana Santa y a las 19.00 h. Casa Cristo (Encamp) ofrece "Vespres a pagès" (Anocheceres en payés). Éstos consisten en visitar esta casa del año 1885 para descubrir el estilo de vida de sus antiguos habitantes, conocer fábulas tradicionales del Principado y disfrutar de la gastronomía típica ante la hoguera. Otras casas tradicionales que se pueden visitar son la Casa Rull en Sispony (la Massana) y la Casa de Areny–Plandolit (Ordino).
Compras y bienestar integral
Las más de 2.000 tiendas y comercios que hay en Andorra hacen que sea el paraíso de las compras. Además de los precios competitivos, el país de los Pirineos ofrece una amplia variedad de productos en un espacio reducido. A estas ventajas se suman todavía otras como, por ejemplo, la seguridad ciudadana, la flexibilidad horaria o la calidad de los productos.
Y nada mejor para relajarse durante estas fiestas que visitar Caldea. Se trata del centro termolúdico más grande del sur de Europa, de arquitectura moderna y 31.680 m2 de superficie a 1.100 m de altura. Sus tratamientos son ideales para eliminar el estrés. Este espacio también ofrece exposiciones, comercios, cine dinámico para descubrir los paisajes más insólitos de Andorra, peluquería, parque infantil y restaurantes.
En Soldeu, en un paraje natural incomparable rodeado de montañas, lagos y el río Valira hay uno de los otros espacios termolúdicos más representativos del Principado d’Andorra: el Sport Wellness Mountain Spa. Inaugurado el mes de noviembre del 2005, junto el Hotel Sport Hotel Hermitage & Spa, conecta mediante un túnel con el Hotel Sport y se encuentra a tan sólo 100 metros del Hotel Sport Village.
Sus 4.500 m2 de aguas hacen que sea uno de los entornos más privilegiados de los Pirineos, con jacuzzis, saunas, baños turcos, hamman, salas de fitness, piscina, jacuzzi exterior y peluquería.
El Sport Wellness Mountain Spa, un espacio único en Andorra para poder disfrutar de los beneficios del agua y de tratamientos dirigidos a la salud y la belleza.
Recuperar las tradicionesTodas estas actividades se complementan con las tradiciones que tienen lugar en los pueblos de Andorra por Semana Santa. Es una oportunidad para descubrir tradiciones de origen milenario como las "caramelles" o las "monas" de Pascua en otro país. Las "caramelles" –canciones tradicionales andorranas que se cantan en la calle para anunciar el final del invierno– las llevaban a cabo, originariamente, los padrinos. Se organizaban en grupos y llevaban un burro que transportaba una cesta adornada dónde poner los donativos de las recolectas que hacían por las casas y que, generalmente, consistían en huevos y butifarras. El mismo domingo, o el día siguiente Lunes de Pascua, celebraban una merienda con lo que habían recaudado.
Si bien durante la década de los 90 las "caramelles" tendieron a desaparecer, en los últimos años grupos de jóvenes y niños las han vuelto a recuperar. Hoy en día son famosas las "caramelles" de Andorra la Vella, el Domingo de Ramos y el Lunes de Pascua; las de Encamp que se celebran el Domingo de Pascua, y las de Sant Julià de Lòria que tienen lugar el domingo siguiente.
Robert Lizarte, Josep Ribó y Benjamí Rascagneres han sido los principales promotores en los últimos años de recuperar las "caramelles" de Encamp, que al año 2003 protagonizaron un total de 12 personas, 30 en el 2004 y 50 en el 2005. Este año está prevista la participación de unas sesenta personas de edades comprendidas entre los 9 y los 57 años.
El repertorio de "caramelles" de Encamp lo forman 16 canciones de carácter lento o con más ritmo, según la ocasión.
En Andorra también es costumbre que el día de Pascua los padrinos regalen la "mona", a sus ahijados. Esta tradición, que se mantiene viva en el Principado, simboliza que la Cuaresma y, por lo tanto, el periodo d’abstinencias ha acabado. Son conocidas las "monas" que elaboran los maestras pasteleros andorranos de las pastelerías "L’Espiga d’Or", "Pastelería Vives" o de "la Pastelería Estopinyan" entre otras.
